Los siglos XVIII y XIX marcaron un período de avance significativo en el campo de la astronomía, proporcionando respuestas a interrogantes planteados durante milenios. En el siglo XVIII, surgieron disciplinas como la Mecánica Celeste, la Geodesia y la Astrometría, que permitieron describir geométricamente la Tierra, los planetas y los cometas, incluso determinar su ubicación y masa.
Justo cuando parecía que el sistema solar había revelado todos sus secretos, el siglo XIX trajo consigo avances en la tecnología de instrumentación, lo que llevó al descubrimiento de nuevos cuerpos celestes en el sistema solar, como Urano, Neptuno y el cinturón de asteroides.