Hasta hace poco, para esto se necesitaban cámaras fotográficas buenas y caras, que permitiesen ir acumulando electrónicamente la escasa luz que le llegaba a cada pixel de su chip, durante un periodo de tiempo.
Sin embargo, hay programas informáticos que permiten sumar (apilar) de forma digital muchas fotografías similares que hayan captado muy poca luz, y así obtener un resultado similar.