Ni corto ni perezoso aprovecho el fin de semana para retocar un curriculum que ya tenía hecho y en el que presumo de inglés y de astronomía; y el lunes, ante la premura de tiempo, lo mando mediante fax a Madrid. Un mes más tarde me dieron en el instituto la carta con la convocatoria dirigida a mí, hoy día todavía es un misterio de dónde se obtuvieron mis (nuestros) datos.
Un colega del Seminario Permanente de Astronomía me avisa por teléfono de una convocatoria del Planetario de Madrid, que expiraba a los pocos días, para unos encuentros europeos en la sede del ESO (Observatorio Europeo Austral) en Garching (Alemania) con la pega de que iban a ser íntegramente en inglés y se pedía el conocimiento de dicha lengua.
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