En 1986 se descubrió el primero de estos asteroides: el 3753 Cruithne; cada vez se van encontrando más y ya pasan de la treintena aunque cada uno con una mecánica propia. En esencia son asteroides que tienen una órbita similar a la de la Tierra sobre todo en cuanto a la longitud de su eje mayor, y por tanto a su periodo que será aproximadamente de un año, aunque la excentricidad y la posición de los nodos, o puntos de corte con el plano de la eclíptica, puede ser muy variable.
Se trata de una familia de asteroides de pequeño tamaño, de los que no se suele hablar en clase, pero cuyas órbitas, movimientos y sus interacciones con la Tierra son tan sorprendentes que les da un atractivo de cara a motivar al alumnado y ayudarle a entender algunas consecuencias de la atracción gravitatoria, lo que justificaría su inclusión en el aula y también la simulación de sus movimientos en el patio.