Resulta abrumador pensar en la rápida evolución que ha tenido la astronomía a lo largo de la historia. Lejos quedan aquellas noches de astrónomos en vela con ojos vigilantes a cualquier suceso astronómico y películas fotográficas que solo desvelarían la belleza de la noche tras un largo procesado. La evolución de la tecnología nos ha permitido un desarrollo enorme en el campo de la astronomía, y es algo que seguirá avanzando hasta niveles que a día de hoy desconocemos.

Así como vemos lejanas las películas fotográficas, es muy probable que en un futuro cada vez vayamos viendo más lejano el trabajo de astrónomos de soporte que pasan las noches preparando observaciones y dirigiendo los telescopios desde las salas de control. Aunque quizás no es necesario esperar al futuro en este aspecto, más bien se trata de un hecho presente; puesto que a día de hoy los telescopios robóticos son una realidad.