Por otro lado, pueden ser la excusa perfecta para que los mismos alumnos se impliquen plenamente en una representación teatral. Por eso, sugiero que sean ellos quienes se ocupen totalmente del desarrollo del proyecto, que la misión del profesor sea la de motivar, moderar y supervisar al grupo, encauzando los posibles conflictos y así sea una experiencia positiva.
La representación puede enfocarse como una actividad sencilla, con los participantes y recursos mínimos imprescindibles para llevarse a cabo, o puede enfocarse como algo mucho más elaborado, con la participación de la mayoría de alumnos de la clase. En este segundo caso, se podrían configurar varios equipos de trabajo, como se explica en la página 11.